angeluspollo

El dulce aroma de su amado. Ese aroma, de su ahora exnovio, perturbaba su sueño y evocaba en ella recuerdos de días felices que no volverán. La constante vigilia deterioraba gradualmente su salud y, en mayor proporción, la poca estabilidad mental que le restaba. Su melancólica mirada y ojeras, eran prueba irrefutable de que aún se negaba a aceptar que todo había terminado. Cada que sus ojos cerraba, en un vano intento por conciliar el sueño, los gemidos orgásmicos de su mejor amiga, junto a los de su amado, taladraban su mente. Aquellos sonidos, de traición que su mundo derrumbaron, casi nun